lunes, 11 de junio de 2012

El asesino hipocondríaco, de Juan Jacinto Muñoz Rengel


Plaza&Janés, 2012, 218 págs.

 El señor Y. debe cumplir su último encargo como asesino profesional, pero para conseguirlo tendrá que superar un grave obstáculo: no le queda más que un día de vida.

En realidad, el asesino a sueldo que responde a las iniciales M.Y. lleva años muriéndose, desde el mismo momento en que vino a este mundo. Le persiguen tantas enfermedades que cualquiera podría considerarlo un milagro médico. Ahora, por encargo de un cliente que se mantiene en la sombra, debe matar al escurridizo Eduardo Blaisten antes de que le asalte una apoplejía terminal o una úlcera gangrenosa o un empeoramiento de su Síndrome de Espasmo Profesional.

Su incomprensible mala suerte irá frustrando uno tras otro todos sus intentos de homicidio, y estableciendo una mágica conexión entre sus propias penalidades y los grandes males físicos, psicológicos e imaginarios, que torturaron a Poe, Proust, Voltaire, Tolstói, Molière, Kant y al resto de los hipocondríacos ilustres de la historia de la literatura y el pensamiento. (Texto de la contraportada)


 Algunas críticas y otras opiniones competentes:
"Juan Jacinto Muñoz Rengel ha conseguido hacer algo inimaginable en nuestros días. Dar forma y sentido a una deconstrucción de un género tan encorsetado como es la novela negra clásica. Y lo ha hecho partiendo de argumentos sencillos y, sin embargo, claramente eficaces. La filosofía y el humor." Blog La librería de Javier

"Una novela originalísima, desternillante e inquietante, con el acierto mayor de un personaje inolvidable: ese protagonista hipocondriaco que parece más grande que la propia vida". Rosa Montero

"El humor y el intento de asesinato conforman una rara mezcla que explota narrativamente en la divertida novela de Juan Jacinto Muñoz Rengel". Página 2, TVE
(Estas opiniones aparecen en www.elasesinohipocondriaco.com)

Lo recomiendo porque: 
Es una novela original y divertida, repleta de escenas cómicas, absurdas y exasperantes, como lo es el mismo protagonista. No es una novela de acción, ni de intriga, aunque esta última sí está presente sin ser el centro de la narración. Recomendable por la historia amena, bien construida y por fortuna diferente; y por la arquitectura de sus dos personajes centrales, pues fuera de la ficción pueden existir muchos señor Y. y señor Blaisten, tan disparatados, pero turbadoramente reconocibles en cada uno de nosotros.

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