viernes, 10 de mayo de 2013

El azar de la mujer rubia, de Manuel Vicent

Novela. Alfaguara, 2013. 256 págs.

Érase una vez un príncipe que partía ladrillos con la mano, un simpático político de billar y una mujer rubia malherida. Con ellos la historia formó un triángulo, dentro del cual echó los dados el azar, principio y final de este relato.
Década de los sesenta, vientos de cambio en España. Poco después de que don Juan de Borbón viese entre raciones de calamares cómo su hijo juraba los Principios del Movimiento, el cadáver del Caudillo entró bajo palio y por su propio pie hasta la tumba. Rajoy y Zapatero aún eran estudiantes. Aznar jugaba a falangista. Tierno Galván, Felipe González y Carrillo pugnaban por salir de la clandestinidad mientras el triángulo se iba perfilando para encumbrar al héroe de esta gesta. Y fue así como en el mes de julio de 1976 el rey nombró presidente del Gobierno a Adolfo Suárez, gracias a aquella chica rubia de la que todo el mundo estaba enamorado. Solo que el héroe ya no puede recordarlo.
Manuel Vicent nos conduce de su mano a acompañar a Suárez a través del bosque lácteo de su memoria, donde los personajes, reales o imaginados, deambulan como espectros. En el camino nos habla de sueños, traiciones e intrigas; de bodas fastuosas en el Valle de los Caídos y de fusilamientos inesperados; de amores prohibidos e hijos ilegítimos. De nobleza y de azar. El azar que puso a una mujer rubia de ojos rasgados en el camino del héroe antes de que los dos se perdieran en las nieblas del olvido.
Entre la ficción y la historia, entre los nombres de ayer y los de ahora, este juego literario creado a partir de la confusión de la memoria perdida de Suárez es un retablo de niebla, un juego político movido por el azar. Desde la posguerra hasta hoy. (Alfaguara)


Impresiones:
 
El Rey visita a Adolfo Suárez en su casa para imponerle la Orden del Toisón de Oro. Suárez ha perdido la memoria, ni siquiera sabe quién es ese hombre que le pasa el brazo por los hombros y que le acompaña en un paseo por el jardín. Sólo presiente que ha sido alguien muy importante para él. 

Pero el paseo de Suárez no transcurre por el jardín, sino por el “bosque lácteo” de su memoria.  Y, así, irá encontrando (recordando) personajes de su pasado y del nuestro, que se le aparecen como geniecillos o espectros reales o imaginados, desde la posguerra hasta la actualidad, pasando por la transición.

La memoria confundida de Adolfo Suárez sirve a Manuel Vicent para evocar momentos y personajes concretos de la historia de España de una forma original, divertida y triste al mismo tiempo. 

"No sabía quién era ese hombre que le echaba la mano por encima del hombro. Fue un paseo de cinco minutos pero que simboliza 75 años de nuestra historia". Entrevista a Manuel Vicent publicada en El Cultural.es 

"La capacidad de describir de Vicent, a todas luces inteligente, logra construir momentos de gran belleza imaginativa consiguiendo una lectura ágil y entretenida". César Millán en el blog Librero de Libros


Apuntes: 

Manuel Vicent ha trabajado distintos géneros: novelas ("Son de mar", "Balada de Caín", "Tranvía a la Malvarosa") y relatos, libros de viajes ("Viajes, fábulas y otras travesías", "Comer y beber a mi manera"), biografías ("Aguirre, el magnífico, "Mitologías"), teatro ("Borja Borgia"), así como artículos periodísticos, seleccionados en distintas recopilaciones.


Compagina su labor como periodista y escritor con la de galerista de arte.

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